Estás sola

by - octubre 07, 2017

Aunque a veces se nos olvide, detrás de cada pantalla hay una persona. Con su rutina, con sus pensamientos, con su familia, amigos, inspiraciones, sueños, preocupaciones, problemas. Es fácil desdibujar a las personas a través de redes sociales. ¡Incluso yo lo he hecho! Cualquier texto, fotografía, silencio se puede interpretar. Y si te armas de valor y consigues interactuar con ella, pondrás en duda su bondad  o su imagen dependiendo del tiempo que tarda en contestar y de la largura del texto que te escriba. Sin ser conscientes de ello, estamos acorralando a esa persona; que se sienta constantemente en el punto de mira. Que dude, que tenga miedo de efectuar cualquier movimiento.

Y así es como me siento yo.

Hace tiempo os hubiese confesado que envidiaba aquellas personas que tenían más seguidores. No era mi meta, pero inconscientemente miraba la cifra y me entristecía. Supongo que lo aceptaba porque mi contenido nunca ha sido especial; no aportaba nada diferente o interesante. Lo entendía. Pero ahora que mi comunidad ha crecido, que prácticamente todos los días tengo interacciones con muchas de vosotras (y por muy jodidamente asqueroso que suene), entiendo cómo es sentirse así. 

Ejerces influencia. Puedes llegar (seguramente con tiempo e información que obtenga de otras fuentes) a cambiar el pensamiento o comportamiento de alguien. Se dice pronto, pero JODER lo que implica. ¿Sois conscientes de ese enorme poder?

Pero llegan días malos. Llega una época mala. Enfermedades mentales. Problemas. Desazón. Apatía. Enfado. Rabia. Y entonces lo único que quieres es desaparecer. Pero muchas veces no puedes. Porque preguntarán. Se cuestionarán si ha pasado algo. Empezarán a hacer suposiciones rápidas sobre el porqué de tu ausencia. Incluso te comentarán diciéndote que no pasa nada, que vuelvas cuando estés mejor, que te esperan, que ojalá pudieses volver a subir contenido, que no desaparecieses nunca. ¿Y si sí que quiero desaparecer? ¿Y si siento que jamás podré volver a subir el mismo contenido? ¿Y si esa persona que empezaste a seguir, que era de una determinada forma, ya no existe, ya no está? ¿Entonces qué?

Sin quererlo, te encuentras agobiada por algo que en su momento te encantaba. Te sientes incapaz de hacer frente a una situación que jamás antes habías experimentado. Te duele pensar que esas personas que te apoyan incondicionalmente y que, a pesar de no conocerte por completo, les interesas y les gusta lo que dices, en algún momento se vayan; cambien de parecer en cuanto a ti. Las decepciones. No puedas estar por ellas tanto como te gustaría. Porque de alguna forma se han convertido en parte de tu vida. Posiblemente compartan más momentos y pensamientos íntimos que muchas de las personas que tienes alrededor. Están ahí, día tras día.

Y llegan las catástrofes. Los heridos, las muertes. La destrucción. Y sientes asco, impotencia, ganas de llorar. Pero lo sufres por dentro. Por qué envenenar ese rincón que has creado. Qué razón habría para perturbar, como a ti te perturban, las vidas de esas personas con las que has conectado con esas cosas. Por qué hacerlas sufrir, igual que tú sufres. Cómo es posible que se entienda ese pesimismo, esas ganas de llorar, morir incluso a veces, con comparecencia, con pena, con egocentrismo, a través de la pantalla. Para qué piensas. Porque no siempre quieres desaparecer. A veces te sienta bien abrirte en canal cuando no tienes ninguna otra vía para hacerlo. Las redes sociales tienen esa magia: tú publicas y una vez fuera, desaparece. Puede que ni siquiera nadie lo lea o comente. Pero ahí está. Ya no está dentro.

Entonces te encuentras en una encrucijada: hablar o no hablar, publicar o no hacerlo. Llevarlo dentro o sacarlo fuera. Porque no hay término medio: o lo haces, o no. Así de simple. Y maldices el día en el que te distes cuenta que no siempre se puede ser coherente o gris. Que la vida por desgracia se mide en polos opuestos, y que tú te vas a tener que posicionar en uno. Y vuelves a sentir esa presión en el pecho. Porque eres consciente de que cualquier cosa que digas se va a interpretar, tergiversar, comentar. Todo aquello que perdure, tendrá impacto e influirá. Pero por otra parte si no lo haces, si conservas ese silencio, el derecho inamovible de no hacer absolutamente nada,  también se va a interpretar, tergiversar, comentar. Tendrá impacto e influirá. 

Decides posicionarte. Romper el silencio. Por fin tomas conciencia de tu poder y lo ejerces con responsabilidad. O no, no siempre es así. Pero ahí estás tú, orgullosa de haber dado un paso. Utilizando esa capacidad adquirida. Lo que no habías pensado es que toda tu audiencia es diversa y tiene mil opiniones. Asumes las consecuencias y te animas a contestar a todo aquel que te apoya o discrepa contigo. Sacas tiempo de donde sea para contestar, no vaya a ser que piensen que tienes otras cosas que hacer. Lo haces con respeto, desplegando todos los argumentos que ya llevas preparados. Es una tarea costosa, pero la ejecutas correctamente sin problemas. Eso te anima a querer seguir publicando cosas, implicándote, luchando. Ves que tiene impacto positivo a pesar de que haya personas que no estén de acuerdo contigo. Es lógico, cada persona debe tener su opinión y no tiene por qué ser la tuya. 

Publicas, y sigues publicando, pero por alguna razón ese día es diferente. Tú no estás bien. O sí, en cambio lo que recibes es ofensivo. O las dos cosas. ¿Qué se hace ahora? No hay ningún manual. Puede que no tenga recursos, nadie me ha enseñado esto. Puedo no saber tratarlo. No soy emocionalmente inteligente. No soy estable. Perdonemne, llévenme a la cárcel por tal barbarie. Y pasas de contestar. O contestas, pero sabes que estás sobrepasando el límite. Quién coño te manda meterte en estos berenjenaos. Pero ya es demasiado tarde. Enviar.

Y sigue el bombardeo. Acabas de iniciar una guerra. ¿Quién tiene la culpa? Eso NUNCA importa, el problema es que, hagas lo que hagas, sigas contestando o prefieras callar, va a ser un problema. Esa persona ya se lo va a tomar como algo personal. ¿Por qué tengo que soportar esto?

Porque, todo sea dicho, ya por el hecho de ser mujer no sólo vas a recibir más quejas, se va a dudar más de tu palabra. Encima algo que en principio no te tendría que preocupar, te preocupa. Por alguna razón, una vez eres alguien "público", tu imagen, tu cuerpo, pasa a ser parte de los demás. Las personas que menos te esperas, o las que tú no puedes controlar, comentarán algo sobre ti. Algo que puede que te dé igual, o no. Pueden estar dando en el clavo, pueden estar comentando algo que te duele, de lo que no te has podido desprender. Por qué dar la cara tiene que significar darla literalmente siendo mujer.

Así que pasas a ser juzgada por fuera y por dentro. Tu mente y tu cuerpo se separan. Se enfadan. Ya no quieren estar juntos. Dejas de saber quién eres. Maldices el momento en el que tomaste la decisión de querer compartir contenido. De ser alguien público. Repasas conversaciones para ver en qué te has equivocado, en las posibles maneras que había de tergiversar lo que has escrito. Ves tu error. Te echas la culpa. Por qué, por qué por qué. Te consume. Puede que esta vez no contestes. Desaparezcas de redes sociales. Silencies el móvil. Personas. Bloquees. Bendita opción, ojalá existiese en la vida real.

Sin embargo, pasan las horas, los días, los meses, y lo echas de menos. Es algo que te gusta joder, por qué renunciar a ello por personas que no te valoran realmente, que te siguen por puro morbo, cotilleo, para hacerte sentir mal, para ponerte en un compromiso. Ellas lo saben. El mundo está enfermo, muy jodido. Quizás has podido recuperar fuerzas. Quizás te has llegado a sobreponer a aquello que te perturbaba. Quizás has logrado quererte y mimarte. Quizás quieres volver a aportar algo, a compartir todo lo que te hace feliz, y te gusta. A luchar.

Ingenua de ti.

Ahora el problema no es sólo con las personas que te han conocido simplemente a través de la pantalla, sino con aquellas que ya te conocen y están viendo esa otra parte de ti; esa parte importante que muestras en redes sociales. Ese pequeño secreto que guardabas bajo llave, esa parte especial, diferente, que te gusta y que no puedes compartir. Por qué no contestas, por qué no estás para mí, por qué no quieres salir, por qué, por qué, por qué. No sabía que eras así, no sabía que esto te gustaba.

Los límites empiezan a ser difusos. Empiezas a mezclar roles. La vida real y la ficticia se entremezclan. En qué momento decidí ser alguien público. Qué se debe de hacer en estos casos. Ojalá poder borrar de su memoria el momento en el que descubren que ese perfil soy yo. Por qué hay personas que cuestionan, que parece que simplemente ven tu perfil como una extensión de ti, como una forma de saber más de ti. ¿Cómo distinguir mera curiosidad, admiración por lo que haces, de desprecio, de chismorreo, de una oportunidad para cuestionar todo lo que dices o haces? No hay ningún manual para ello, pero cualquier paso en falso puede acabar con todo. La ciudad es muy pequeña. Estás harta de ganar enemigos, estás harta de que las personas hablen de otras sin motivo. Llenad ese vacío con otra cosa.

Entonces piensas en la amistad. En ese curioso concepto tan idealizado. Tú hace mucho, mucho escribías en una hoja de papel que no creías en ella. Dejaste de hacerlo desde que el abandono se convirtió en costumbre. De parte de quién, ese es otro tema. Se aprende a seguir, y te acostumbras a ello. Para qué necesitar a personas que no te aportan nada positivo. Positivo, esa palabra que hace años desapareció de tu vocabulario y vuelve a aparecer. Tu salud se resiste, y es justo en ese momento en el que te das cuenta de que a lo largo de tu vida has disfrutado de la compañía de los demás, pero se acababan yendo de tu lado. Pensabas que era normal, todas las personas toman rumbos diferentes. Empiezas a no tener tiempo. Cosas de la vida. Pero luego piensas que no es solo eso. No es solo falta de tiempo, no es algo superficial y que pasa porque sí. Esas personas desaparecen porque dejan de tener impacto positivo sobre ti. Empiezan a agotarte, a no aportarte nada, a agobiarte. A no entenderte. A no entender tu cambio. "No te quedes donde no puedes florecer" se convierte en un mantra que repites cada vez que no estás a gusto, que te sientes incómoda. Sin voz. 

Por qué aguantar cuando ya no tienes fuerzas ni de sostener tu propio peso.

Estás sola, ojalá todo el mundo lo entendiese. Quizás entonces no pasaría. Quizás por eso escribo esto. Estoy triste. No aguanto esta carga, cómo voy a aguantar la del mundo. No soporto esa imagen desdibujada de mí. Quiero contradecirme, como dice Ter. Quiero poder no contestar, tener ese derecho. Porque muchas veces no sé, o no quiero. Qué más da los motivos. Quiero poder decidir, no sentirme mal a cada paso. Quiero poder entenderme. Quiero saber qué hacer. Quiero respuestas. Una válvula de escape. Una varita mágica que calme, ayude, mejore el entorno que me rodea. Y el que está lejos. No quiero vivir en un mundo así. No voy a poder.

También te gustará

12 comentarios

  1. AY, guapetona, no sabes lo identificada que me he sentido con tu entrada. Con ese miedo, o dudas, por las que en muchas ocasiones todos navegamos cuando nos adentramos en internet. No es sencillo el separar la vida virtual de la real; por mucho que se intente es cierto que las redes sociales (ya sea para bien o para mal) siempre acaban por salpicarnos en la vida real. Ya sea porque conoces a gente que acaba convirtiéndose en tu amigo/a o porque te ocurre algo que, por mucho que quieras impedirlo, se paga un precio en tu estado de ánimo.

    Por desgracia no hay una formula mágica que te permita que ciertos comentarios, ciertos sucesos, no nos afecten (y, seamos sinceros, ahora mismo, con todo lo que está pasando, todos tenemos el dolor a flor de piel). Lo único que te puedo decir, bonita, es que siempre habrá momentos buenos y malos. Siempre habrá gente que cree que sabe cómo eres (o que incluso que te conoce mejor que tú misma) solo por unas entradas que has escrito (o por un comentario que has hecho). Quizás esa es la parte mala, pero también hay una parte buena. Una en la que todo esto te puede servir como un desahogo y una forma de encontrar algo de aire.

    Un abrazo bien fuerte, guapa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jo, muchas gracias por tu comentario. Supongo que como comentas depende mucho. Hay ocasiones en las que todo lo de tu alrededor inevitablemente te afecta más, y es imposible parar esa vorágine de dolor y sentimientos que te genera. Y últimamente entre lo que está pasando y lo que a ti como persona te pueda suceder por dentro, a veces es insoportable de llevar.

      Supongo que fue una forma de descargar automáticamente todos los pensamientos que me pasan cuando me siento así. Que no han sido pocas. Es curioso porque me sienta mejor escribir sobre lo "malo" o para reivindicar algo que con lo bueno. Sé que hay una parte positiva y la vivo la mayor parte del tiempo, pero lo negativo de vez en cuando gana. Y es horrible esa parte mala.

      Los sentimientos son muy polarizados: o te aporta cosas MUY buenas o MUY malas. Ay. Y eso para la estabilidad emocional no va muy bien, la verdad xD

      Me gusta mucho lo que comentas, porque se suele decir que a través de redes sociales no se puede conocer a una persona, y en parte es así: se elige muchas veces lo que se publica, se filtra o se omite información. Pero creo que también es posible. Depende de lo que se abra esa persona, de lo transparente que sea. Las que me seguís estoy segura de que conocéis una parte más íntima y sincera de mí porque me abro bastante. Me gusta. Y no es mi yo 100%, pero luego descubro que personas de mi alrededor a veces no conocen mis gustos y mis opiniones porque a ese nivel me cuesta más expresarlo o no surge el tema.

      En fin. Mil, MIL gracias por comentar. Tus palabras son oxígeno y calma.

      Un abrazo enorme para ti también <3

      Eliminar
  2. Puf... tocas muchos temas aunque gire en torno (o se origine en) lo mismo.
    Creo que es normal que en ocasiones te sobrepase y más si empiezas a llegar a mucha gente, pero no debemos cometer el error de poner primero las redes antes que notros y mucho menos si nuestra vida profesional no depende ello (porque no me voy a meter en tema de ser influencer).

    Quiero decir, llegas a gente, les influyes de cierta forma, aconsejas, haces reviews, contestas mensajes, ofreces tu tiempo a cambio de nada (quitando la satisfacción que pueda producirte cada una de esas cosas, claro). Pero cuando llega un momento en que tú, tu salud, tu estado de ánimo no se corresponde con ello, creo que no deberías forzarte a hacer nada que no quieras. Y que nos den a los demás. Cuando vuelvas mucha gente lo celebrará (entre los que me incluyo) sin recriminarte nada. Pero no merece la pena estar echa una mierda por el qué dirán.

    Contra las personas que realmente conoces y "descubren" tu yo cibernético... es más difícil. Yo misma me he panteado mil veces hacerme un perfil de alguna red social "a escondidas" porque es verdad que hay ciertos aspectos de mí que quizá me apetece hablar pero no puedo porque me siguen amigos "de toda la vida", mi hermana o simples conocidos que, joder, no me apetece que me conozcan de esa forma.
    Así que de esa parte te entiendo perfectamente. Como ya te han dicho, y tú sabrás perfectamente, es tan complicado todo este mundo real y virtual... y es tan normal que se desdibuje que a veces no sabemos como enfrentarnos a una cosa u otra.

    También soy de las que cree que sacarlo fuera hace mucho bien pero al mismo tiempo es inevitable que piense sobre qué pensarán los demás (¿creerán que me quiero hacer la víctima? ¿llamar la atención?) pero Aida gente malpensada nos vamos a cruzar toda la vida en la realidad y por aquí, así que quedémonos con lo bueno, en la medida de lo posible. Y, sobre todo, tú primero y después lo demás.

    Quiérete incluso cuando no te quieras.

    ¡Un abrazote enorme!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón. Pero a veces (y eso que no tengo muchos seguidores, madre mía xD) por algún motivo sientes que debes hacer un esfuerzo por ellos. Por desgracia, en las redes sociales (y si quieres que te descubran/lean etc.) se premia la constancia, y para una persona que no está bien, o que le es imposible por mil motivos (falta de tiempo, trabajo, estudios, etc.) es MUY difícil destacar. O contentar al menos a esa gente que te sigue por lo que haces. Y muchos seguirán ahí cuando vuelvas, pero sí que es verdad que no es muy satisfactorio (y te lo digo como consumidora de redes sociales que soy y lo he vivido también desde la otra parte).

      Y te juro que muchas veces pienso como tú, de hecho lo he hecho sin llegar a sentirme mal, pero hay veces que me es imposible. Eres tu propio enemigo y la cabeza te juega muy malas pasadas.

      Al final acabo decidiendo ser yo misma y tengo que aguantar "reproches" o comentarios sobre lo que subo, comento. Porque, sin quererlo, estás en el punto de mira. Parece que para ellos es un circo y tú eres el payaso de turno. El que habla solo. El que le está dedicando la vida a algo que en fin. El que cuenta su vida y opina y que si te molesta te lo pones privado, puedes silenciar a gente, blablabla. Y quizás tienen razón. Lo puedo hacer. Pero es que so incapaz de limitarle el paso a alguien a no ser que sea muy grave. Es tener que lidiar constantemente con que la gente comente TODO simplemente por ser un perfil "público"; el saber que puede que estén comentando lo que dices por detrás. Y si te guías por el qué dirán al final sí que es verdad que acabas no disfrutando de tu vida, pero coño ¿NO TIENEN OTRA COSA QUE HACER?. Hablando en concreto de alguna, en Instagram ven mis stories personas que a lo mejor ni me siguen ni me han dado un mísero me gusta en lo que llevo ahí que son años. Son cosas que no entiendo y nunca entenderé, me temo.

      Jo, MIL GRACIAS POR TUS PALABRAS. De verdad, no sabes lo que agradezco hablar y sentirme comprendida. Muchas veces sé que muchas vivimos esto, pero no se suele comentar o no se suele hablar y a veces puede llegar a sobrepasar tanto...

      ¡Un abrazo enorme! <3

      Eliminar
  3. Totalmente indentificada con este post y el momento actual que estoy viviendo. Subrayo cada palabra, cada espacio y cada coma. Me siento así desde que "crecí" y que todo se empezó a desbordar. Y me salpicó mierda y me juzgaron creyendo conocerme cuando yo lo único que quería era "tener mi rincón y compartirlo con el mundo". En fin... 2017 ha sido una catarsis emocional muy grande. Un gran aprendizaje. Al menos, creo, que de esto podemos aprender. Gracias por escribir públicamente todo lo que siento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ti por comentarme. A ti por el apoyo. A veces siento que soy simplemente como el medio para que el mensaje llegue, se escriba. Debe estar ahí, porque aunque absurdamente pensaba que era la única, nos pasa a todas. Y nos sobrepasa. Y me gusta compartir con vosotras esos sentimientos porque de verdad que me cuesta tanto lidiar con la realidad y con las redes sociales... Es tal el golpe a veces, la diferencia. Me han juzgado, criticado tanto que no sabes CUÁNTO te entiendo. Nuestras historias creo que por desgracia se parecen en ese sentido. Así que miles de ánimos, abrazos y CROQUETAS para ti. Te mereces eso y más. Para mí también está siendo una catarsis. Sobre todo 2016-17.

      Un besazo enorme <3

      Eliminar
  4. Es una entrada complicada, la verdad... yo creo que utilizo bastante las redes para desconectar de la vida diaria y si esta se hiciese una carga sería bastante duro puesto que hace bastantes veces de refugio. No me gustaría que alguien de "fuera" inspeccionara mis escondites y aunque al principio luchaba contra esa dualidad, ahora la acepto. Como humanos que somos, podemos ser multifacéticos, expresarnos de manera distinta según qué círculos. Y por suerte tenemos internet y desde hace años me siento agradecida por lo que mejor que aporta a mi vida: apoyo. No todo es un camino de rosas, pero siempre habrá una mano amiga extendiéndose hacia ti. Eso sí, que nunca se convierta en compromiso, primero una misma y luego los demás. Un abrazo fuerte, bonita.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. MIL GRACIAS por esto que has escrito. La mayor parte de las veces siento que es así, pero otras veces me supera. Supongo que el matiz importante está en cuando lo quieres hacer público, quieres que llegue al mayor número de personas. Cuando es inevitable que ocurra el que gente de "fuera" se adentra en esa faceta tuya de "dentro". Soy consciente de que somos multifacéticos y de hecho es algo de ser humano que me fascina, pero hay personas que no logran entenderlo. O que buscan morbo. Cotilleo. Reprocharte o comentarte algo. Parece que el hecho de ser un perfil "público" te haga tener que acatarlo. Y en fin.

      Qué difícil (aunque parezca estúpido) parece ser anteponerse a una misma a los demás. Ay.

      Un abrazo fortísimo para ti <3

      Eliminar
  5. Tenía muchas ganas de leer esta entrada porque algo me decía que iba a ser un reflejo de mi estado actual, y así ha ido. Octubre está siendo todas esas cosas malas, todos esos sentimientos encontrados y todos los cambios metidos en una vida pequeña como la mía. Y eso ha repercutido en mis ganas de escribir, de leer, de hacer todo lo que, como dices joder, me gusta. Pero al final termina por hacerse muy difusa la línea entre lo que quieres y lo que te obligan a que quieras. Si estamos mal, si estamos desaparecidas, si no nos apetece hablar por grupos, hablar a personas o simplemente, hablar, aparecer y hacerse ver, pues no lo hacemos y punto, y a quien no le guste que desaparezca, y a quien no le siente bien que no vuelva, y a quien no le parezca bueno, pues peor para él/ella. Estamos en un mundo en el lo instantáneo cobra una fuerza desmesurada: aquí y ahora, y si no eres capaz, es que eres mala persona, mal amigo, mala gente, malo todo. Me enfada ver que hay personas que de verdad han creído que me pasa algo con ellas porque no contestaba al día de hablarme, o que se han llegado a enfadar conmigo porque no les contesté en el momento. Pues no, llevo semanas sin contestar algunos audios porque no puedo, no me sale, y no estoy en esta vida para llenarme de tareas que no me apetece hacer. Las cosas que debemos nos desbordan, y es injusto para nosotros que se nos dibuje una imagen distinta a la que somos sólo porque, en algún momento, decidimos ceder ante cualquier cosa: tristeza, desgana, lo que sea. Estamos en nuestro derecho de hacer oídos sordos, de desaparecer, de no escribir, de no contestar, de no estar, simplemente. Como aquellos que lo necesitaron, tú y yo, y cada una de las personas de este puñetero mundo, necesitan sus momentos para abrazarse.

    Gracias por escribir algo así, porque estoy ahora mismo igual: no me apetece hablar a nadie, se me han quitado las ganas de escribir entradas, y hay cosas que hago por obligación hasta que me estallen en la cara. Ojalá un mundo más humano y menos instantáneo, que parecemos arroces del brillante que tenemos que estar listos en segundos para todo aquello que las personas quieren de nosotros.

    Abrazos fuertes,
    besos sonoros en la mejilla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me has hecho sentir paz. Me has hecho esbozar una sonrisa en días que se me está haciendo casi imposible. Gracias, de todo corazón.

      Como comenté, quizás "gustar" o "alegrar" no son las palabras, pero de verdad que se me llena el alma cuando siento que hay más personas así. Por algún motivo que desconozco, a veces me siento perdida, sola, incomprendida. Quizás porque siempre es ese entorno de "fuera" el que me presiona, o siento que es así. Las de "dentro" supongo que vivimos más esto y por eso me gusta compartirlo. Para sacarlo fuera, y para que alguien que piense como yo, también se sienta comprendida.

      Remarcaría y empapelaría mi habitación con tu primer párrafo. Me ocurre TAL CUAL como cuentas. A la gente se le llena la boca suponiendo cosas sobre ti y cómo te sientes por lo rápido o no que contestas; por lo que comentas o no por redes sociales. Es agorafóbico sentirse en el punto de mira consantemente. Queriendo medir todas las palabras, gestos, opiniones por lo que vaya a pasar. JODER, ES QUE CANSA. Estoy harta. Harta de esta sociedad de lo inmediato, que se prejuzgue y que no se dé amor. Amor por aquellas personas que puede que estén pasando un duelo, una enfermedad mental, un bloqueo, una época difícil, de estrés, es que LO QUE SEA. Todo el mundo debería tener el derecho de desaparecer sin reproches, sin enfados. Es que no me parece bien. Es tener cero empatía a mí entender. Ojalá todo fuese más fácil, pero no lo es. Está bien que te contesten, pero si no lo hacen por algo es. No sé. Uf.

      Mi comentario no tiene ningún sentido porque es que para mí nada de esto tiene sentido. Son pensamientos, ideas y sentimientos inconexos, contradictorios. Pero de veras que MIL gracias por tus palabras. Te mereces todo el amor y los mimos del mundo. Tenemos que cuidarnos más, y encontrar las herramientas necesarias para sobrellevar esto. Como muchas me comentáis, las redes sociales tienen muchas cosas buenas y principalmente se debe a que hay personitas como tú que las poblan y por las que vale la pena quedarse.

      Abrazo de diez mississippi por lo menos <3

      Eliminar
  6. Leí tu entrada cuando la publicaste, pero no había tenido tiempo de comentarte nada.

    Yo no me siento identificada con tus palabras en este momento, pero sí me sentí así en el pasado (no tan lejano), así que te entiendo. Te entiendo muchísimo y te mando un abrazo enorme desde aquí. Lo de "Por qué aguantar cuando ya no tienes fuerzas ni de sostener tu propio peso." es algo que me repetía muchas veces y es que no tienes por qué hacerlo. Mira por ti. Si necesitas tomarte un descanso, si necesitas no hablar con nadie durante 2 días, simplemente hazlo. Todo el mundo debería entenderlo y respetarlo sin tener que dar ningún tipo de explicación.

    ResponderEliminar
  7. Mil gracias por tus palabras. La verdad es que a veces se me echa el mundo encima. Sé qué es lo que debería hacer, sé que debería no importarme, pero a veces no resulta tan fácil.

    Ojalá todo el mundo entendiese que esos momentos de desconexión son necesarios y que por no contestar no es porque te hayas enfadado, no valores a esa persona o amistad y un largo etétera.

    Un abrazo enorme, Cyan <3

    ResponderEliminar